Por tanto los efectos de las microondas sobre los tejidos
biológicos dependen no sólo de las características de las radiaciones
(frecuencia, potencia, modo de emisión, duración de la exposición), sino también
de la estructura de los tejidos, o sea de sus propiedades eléctricas (constante
dieléctrica, resistencia específica), de su contenido de agua, así como también
de fenómenos como la reflexión, que se producen cada vez que la radiación
encuentra en su trayecto tejidos con características diferentes.