Se veía venir pero ahora está claro que hay que tratarlo; los usuarios de terminales con acceso a internet están dejando sus servicios más preciados a manos de la nube. Servicio de correo electrónico, editores de texto, conversores de formatos, reproductores de video y audio, escritorio remoto, agendas y calendarios, disco duro y un largo etc. Las aplicaciones que tantas veces hemos utilizado (y previamente instalado) de forma local es nuestras máquinas pasan a llamarse servicios, los cuales están disponibles para nuestro uso en cualquier terminal con internet, las 24h al día, los 365 días del año.
Es eso fiable y seguro? Qué pasa si tanto el servidor de dicho servicio como mi propia conexión a internet falla? No hay comunicación posible y por tanto no hay servicio. ¿Unas oficinas sin sus aplicaciones porque no hay conexión a internet? Está claro que hay que ser selectivo, tener cuidado de quien y qué pasamos a depender y tener claro donde dejamos nuestros datos.
El cloud computing ofrece a las empresas una gran cantidad de ventajas, y si los encargados de mantener la nube en marcha cumplen, dichas ventajas superan en creces a los inconvenientes. Ajustar el tiempo de uso de un servicio (de cualquiera que los empleados puedan necesitar) a nuestra medida, pagar justamente por él y olvidarse de en qué máquinas está instalado o de cuál es la fecha de expiración de la licencia. Está en la nube, será fácil, pagas por las veces que accedes, si tienes acceso tienes servicio, lo guardas y está accesible para el acceso en cualquier otro sitio.
Creemos que el cloud computing mejora los servicios IT de la empresa, les evita problemas técnicos, les ofrece fluidez y movilidad. Si pueden confiar en la nube, si se les garantiza el acceso ininterrumpido y la seguridad infranqueable de sus datos, la usarán. Es mucho más cómodo para ellos ¿porque no iban a empezar su subida a la nube?
Herramienta Diigo
Para la realización de esta práctica, en la búsqueda de información del cloud computing, hemos utilizado la interesante y muy práctica herramienta Diigo. Con su barra de herramientas disponible en el momento de acceso a páginas web nos ha dado la sensación de estar utilizando nuestro rotulador amarillo de toda la vida, el que utilizamos en los textos impresos para destacar lo que queremos ver de un vistazo o que sabemos que nos aporta datos relevantes acerca de lo que estamos leyendo.
Eso es lo que es Diigo, es nuestro rotulador amarillo junto a las hojas que queremos guardar.
Al ser una herramienta informática y además en esta era social que vivimos está claro los extras que Diigo nos ofrece, y es que cuantas veces nos echamos a navegar por la web saltando de un lado a otro haciendo capturas mentales de lo que más nos ha gustado en cada una para luego comentarlo con los compañeros... ¿Realmente luego nos acordamos de todo lo que hemos visto? Qué útil que con Diigo podamos guardar esas páginas para no tener que padecer en olvidarlas! Estamos navegando, destacamos partes de la página interesada, le podemos anotar nuestras ideas u opiniones y la compartimos al momento con nuestro grupo de trabajo y/o de amistades. Una vez más se ha sabido traducir una costumbre de la era pre-tecnológica a las rutinas de hoy en día: leer, destacar, opinar y posteriormente compartir.
Nos ha parecido muy útil y no hemos sabido encontrar inconvenientes ya que cada uno puede decidir el grado de sociabilidad que puede darle a la herramienta. Ni siquiera es agobiante para una persona que no quiera hacer uso de la sociabilidad de Diigo. Se puede decir que es altamente adaptable.
Cloud computing
Se veía venir pero ahora está claro que hay que tratarlo; los usuarios de terminales con acceso a internet están dejando sus servicios más preciados a manos de la nube. Servicio de correo electrónico, editores de texto, conversores de formatos, reproductores de video y audio, escritorio remoto, agendas y calendarios, disco duro y un largo etc. Las aplicaciones que tantas veces hemos utilizado (y previamente instalado) de forma local es nuestras máquinas pasan a llamarse servicios, los cuales están disponibles para nuestro uso en cualquier terminal con internet, las 24h al día, los 365 días del año.
Es eso fiable y seguro? Qué pasa si tanto el servidor de dicho servicio como mi propia conexión a internet falla? No hay comunicación posible y por tanto no hay servicio. ¿Unas oficinas sin sus aplicaciones porque no hay conexión a internet? Está claro que hay que ser selectivo, tener cuidado de quien y qué pasamos a depender y tener claro donde dejamos nuestros datos.
El cloud computing ofrece a las empresas una gran cantidad de ventajas, y si los encargados de mantener la nube en marcha cumplen, dichas ventajas superan en creces a los inconvenientes. Ajustar el tiempo de uso de un servicio (de cualquiera que los empleados puedan necesitar) a nuestra medida, pagar justamente por él y olvidarse de en qué máquinas está instalado o de cuál es la fecha de expiración de la licencia. Está en la nube, será fácil, pagas por las veces que accedes, si tienes acceso tienes servicio, lo guardas y está accesible para el acceso en cualquier otro sitio.
Creemos que el cloud computing mejora los servicios IT de la empresa, les evita problemas técnicos, les ofrece fluidez y movilidad. Si pueden confiar en la nube, si se les garantiza el acceso ininterrumpido y la seguridad infranqueable de sus datos, la usarán. Es mucho más cómodo para ellos ¿porque no iban a empezar su subida a la nube?
Herramienta Diigo
Para la realización de esta práctica, en la búsqueda de información del cloud computing, hemos utilizado la interesante y muy práctica herramienta Diigo. Con su barra de herramientas disponible en el momento de acceso a páginas web nos ha dado la sensación de estar utilizando nuestro rotulador amarillo de toda la vida, el que utilizamos en los textos impresos para destacar lo que queremos ver de un vistazo o que sabemos que nos aporta datos relevantes acerca de lo que estamos leyendo.
Eso es lo que es Diigo, es nuestro rotulador amarillo junto a las hojas que queremos guardar.
Al ser una herramienta informática y además en esta era social que vivimos está claro los extras que Diigo nos ofrece, y es que cuantas veces nos echamos a navegar por la web saltando de un lado a otro haciendo capturas mentales de lo que más nos ha gustado en cada una para luego comentarlo con los compañeros... ¿Realmente luego nos acordamos de todo lo que hemos visto? Qué útil que con Diigo podamos guardar esas páginas para no tener que padecer en olvidarlas! Estamos navegando, destacamos partes de la página interesada, le podemos anotar nuestras ideas u opiniones y la compartimos al momento con nuestro grupo de trabajo y/o de amistades. Una vez más se ha sabido traducir una costumbre de la era pre-tecnológica a las rutinas de hoy en día: leer, destacar, opinar y posteriormente compartir.
Nos ha parecido muy útil y no hemos sabido encontrar inconvenientes ya que cada uno puede decidir el grado de sociabilidad que puede darle a la herramienta. Ni siquiera es agobiante para una persona que no quiera hacer uso de la sociabilidad de Diigo. Se puede decir que es altamente adaptable.