El establecimiento de una red o comunidad de aprendizaje virtual entre profesores que fomente el trabajo colaborativo permite que emerjan iniciativas voluntarias y espontáneas que no se darían (o no de la misma forma) en un contexto normativo y aumenta la participación entre los miembros, pues la decisión de sumarse a una red o a un grupo de trabajo concreto dentro de esa red no viene impuesta desde arriba, sino nacida del propio interés. La no imposición estimula unas relaciones más horizontales y democráticas desde el origen, que favorecen el respeto, el diálogo y el intercambio de conocimientos y experiencias sin la presión de tener que demostrar una competencia especial ni hacer valer la opinión individual frente al consenso grupal.