"Cuando escuchamos música, participan y se activan múltiples zonas del cerebro. Pero cuando realmente tocamos un instrumento musical, esa actividad se parece mucho más a un entrenamiento de todo el cuerpo. ¿Qué está pasando? Anita Collins explica los fuegos artificiales que se disparan en el cerebro de los músicos cuando tocan, y examina algunos de los efectos positivos a largo plazo de este entrenamiento mental. "