En apenas cinco años, los drones han pasado de ser juguetes de radiocontrol, a vehículos profesionales no tripulados utilizados en actividades militares, ingeniería, fotografía, cine o ecología. Cualquiera puede pilotar un drone recreativo o deportivo, pero para conseguir manejar un drone en una actividad profesional se necesita un piloto de drones con un título cualificado.