Este conjunto de directrices pretende ayudar a los responsables políticos a entender como mejorar el aprendizaje y cómo sus beneficios que ello suponen para avanzar hacia el progreso de una educación para todos. Desarrollado en consulta con expertos de más de veinte países, las siguientes pautas tienen amplia aplicación y pueden adaptarse a una amplia gama de instituciones, incluyendo escuelas, universidades, centros comunitarios, escuelas técnicas y de formación profesional.