"la práctica de la Sinautoría supone que el equipo de realización de un proceso de CsA no establece una relación de propiedad sobre el capital fílmico para beneficio propio sino que colectiviza progresivamente todo el proceso de producción y distribución cinematográfico. Esta metodología cinematográfica crea una ruptura con la autoridad profesionalizada y la autoria al servicio de la propiedad privada. Por razones políticas Cine Sin Autor sitúa al saber y el hacer cinematográfico -operativamente colectivo- al servicio del beneficio social de todas las personas que aceptan y quieren producir su propia representación y lo hacen organizándose colectivamente."
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