Construida por el legado Caio Calpetanus Rantius Quirinalis Velerius Festus bajo mandato del emperador Vespasiano en la segunda mitad del siglo I D.C., la Vía Nova o Vía XVIII del Itinerario de Antonino, se extendía originalmente a lo largo de trescientos dieciocho kilómetros entre Bracara Augusta, capital del convento bracariense, y Astúrica Augusta, capital del convento asturicense