Un tema que aparece en el Boletín, aunque no en forma
de polémica, tal y como se daba en los medios científicos de la época, es
el del evolucionismo. Cuando la Iglesia Católica arreciaba en contra de
esta doctrina «sacrílega», la I.L.E. nombra a Darwin su profesor
honorario. En las páginas del Boletín aparecen en 1882 una nota
necrológica laudatoria y un artículo de Azcárate, además de artículos de
Salvador Calderón, Simarro, etcétera, en los que se le cita como autoridad
y se utilizan sus teorías de El origen de las especies como
hipótesis científica. Un motivo más para incurrir en la agresividad de los
ultramontanos.