Las substancias elaboradas por las plantas,
además de ser muy variadas, se adaptan sobre todo más al hombre porque
son un producto que tiene su origen en la química de la vida. Dicen
que los antiguos egipcios, hace 4500 años, utilizaban una gran variedad
de aromas, algunos de los cuales eran consagrados a ciertas divinidades,
como, por ejemplo, el incienso al Sol, la mirra a la Luna.