La principal causa es el uso masivo de luminarias, proyectores mal inclinados, letreros luminosos funcionando toda la noche con intensidades desmesuradas de luz y en rangos espectrales innecesarios. Con esto se disminuye la noche, desaparece progresivamente la luz de las estrellas, galaxias y demás astros afectando de paso al medio ambiente y artificializando la noche.
La contaminación lumínica puede definirse como la emisión de flujo luminoso de fuentes artificiales nocturnas en intensidades, direcciones, rangos espectrales u horarios innecesarios para la realización de las actividades previstas en la zona en la que se instalan las luces.
Durante millones de años, los seres vivientes de la Tierra han ido adaptando sus procesos biológicos de acuerdo con dos ciclos astronómicos fundamentales: la sucesión de las estaciones y la alternancia día-noche. Dado que la percepción de ambos fenómenos es desigual según la latitud, las distintas especies se han acomodado a la singularidad de ambos ciclos en su hábitat.