La contaminación atmosférica produce daños en la flora y la fauna. Cuando la conocida lluvia ácida cae y se acumula en los lagos y ríos, produce la muerte de los animales acuáticos, afecta el crecimiento de las plantas y origina la muerte de numerosas especies vegetales en los bosques y praderas. Esta pérdida, a su vez, promueve la erosión de los suelos y el aumento de las tierras infértiles. (Ver: Contaminación en vegetales)
Efectos sobre el patrimonio cultural
El polvo y los contaminantes gaseosos, especialmente los que dan origen a la lluvia ácida, producen suciedad y corroen los materiales de construcción de las edificaciones y de las obras de arte que permanecen a la intemperie.
El ácido sulfúrico presente en la lluvia ácida es capaz de transformar el mármol en yeso. En ciudades como Atenas y Venecia se puede observar que las obras de arte que se han mantenido por cientos de años como testigos de nuestra civilización, han sido severamente afectadas por la contaminación del aire.
La contaminación atmosférica produce daños en la flora y la fauna. Cuando la conocida lluvia ácida cae y se acumula en los lagos y ríos, produce la muerte de los animales acuáticos, afecta el crecimiento de las plantas y origina la muerte de numerosas especies vegetales en los bosques y praderas. Esta pérdida, a su vez, promueve la erosión de los suelos y el aumento de las tierras infértiles. (Ver: Contaminación en vegetales)
Efectos sobre el patrimonio cultural
El polvo y los contaminantes gaseosos, especialmente los que dan origen a la lluvia ácida, producen suciedad y corroen los materiales de construcción de las edificaciones y de las obras de arte que permanecen a la intemperie.
El ácido sulfúrico presente en la lluvia ácida es capaz de transformar el mármol en yeso. En ciudades como Atenas y Venecia se puede observar que las obras de arte que se han mantenido por cientos de años como testigos de nuestra civilización, han sido severamente afectadas por la contaminación del aire.