Se entiende como contaminación atmosférica a la presencia en la atmósfera de sustancias en una cantidad relevante que creen molestias o riesgo para la salud de las personas. También se considera contaminación atmosférica aquella que ataque a distintos materiales o a los gases que producen olores desagradables.
La contaminación atmosférica puede ser de dos tipos. De carácter local, cuándo la contaminación está delimitada a una determinada zona, o de carácter planetario cuándo las consecuencias de la contaminación no solo afectan a una zona concreta sino que sus efectos nocivos afectan a todo el planeta.
La contaminación atmosférica está producida por: los desechos sólidos domésticos, desechos sólidos industriales, exceso de fertilizante y productos químicos en el entorno, la tala de árboles, la quema o la combustión, la basura, y los desagües de aguas negras o contaminadas que van al mar o a los ríos.