Los experimentos que aquí se muestran no sólo son divertidos, sino que son instructivos, no sólo divertidos, sino que son sorprendentes, no sólo son atractivos para los jóvenes, sino que también para los mayores.
Por medio de objetos simples y comunes, siempre a mano, el lector puede ilustrar algunas de las cosas más maravillosas de la ciencia, y transmitir la enseñanza valiosa, mientras divierte a su auditorio y creando un sentimiento de admiración.
Para el profesor que desea crear en sus alumnos un interés por la ciencia, ningún otro libro puede ser de tan gran ayuda. Le permitirá la práctica para ilustrar y hacer cumplir los principios científicos, y hacer que sus instrucciones sean tan interesantes como un cuento árabe.