"se debe explicar a los niños que cuando las personas se mueren ya no respiran,
no comen, no hablan, no piensan y no sienten. Son como perros muertos que dejan
de ladrar y correr o como las flores muertas que ya no crecen ni florecen."
Tema difícil de abordar pero que a veces es inevitable. Teniendo en cuenta que cada niño es diferente, el artículo aporta algunos consejos para "saber por dónde ir".