Entre los criterios diagnósticos del DSM se incluyen:Esfuerzos frenéticos por evitar el abandono, real o imaginario;Alternancia entre extremos de idealización y devaluación en las relaciones interpersonales;Autoimagen marcadamente inestable;Impulsividad potencialmente peligrosa, por ejemplo en relación a dinero, sexo, abuso de sustancias o atracones;Autolesiones o amenazas o intentos de suicidio;Inestabilidad en el estado de ánimo debida a una marcada reactividad emocional;Sentimientos crónicos de vacío;Ira intensa e inapropiada o dificultad para controlar la ira;Ideación paranoide o síntomas disociativos severos, transitorios y relacionados con el estrés.