El ritmo de crecimiento de los virus informáticos es de 10 nuevos por día y no existe aún defensa antivirus ni algoritmo universal para detectarlos que sea perfecto, capaz de proteger totalmente a un sistema instalado en un ordenador; pero las situaciones de riesgo se multiplican cuando un equipo se conecta a la red de redes, donde la amenaza de esos programas destructivos se torna cada vez más persistente.
Un virus no necesariamente tiene que auto reproducirse, pues basta con que se instale en memoria y desde allí ataque a un determinado tipo de archivo o áreas del sistema y lo infecte.