El neurocientífico Marc Changizi explica en su blog por qué nos orientamos mejor hojeando las páginas de un libro que viajando por la barra de un e-book: “En la naturaleza, la información viene con direcciones físicas y señales temporales que nos permiten navegar por ella. Esas frambuesas que encontramos el año pasado en lo alto de la montaña, detrás del bosque, seguirán estando este año allí. Hasta la popularización de Internet, los mecanismos para almacenar información eran espaciales y nos permitían usar nuestras innatas habilidades de orientación. Nuestras bibliotecas y nuestros libros, los reales, no sus variantes electrónicas, eran sumamente navegables”.