Los psiquiatras nos dicen que la forma de arreglar el comportamiento indeseado es alterando la química cerebral con una pastilla.
Pero a diferencia de un fármaco de uso general en medicina como la insulina, los medicamentos psicotrópicos no tienen como objetivo ninguna enfermedad medible que corregir y pueden alterar el delicadísimo equilibrio de procesos químicos que el cuerpo necesita para funcionar con fluidez