Group items matching

in title, tags, annotations or url

pasados

siete

trescientos

borceguís

zarzahán

sosegar

gallos

facelle

conde, que el rey que os manda matar, porque muerte tan honrada

Llaman yerro la fortuna quien no la sabe gozar

Ya se parte la infanta, ya se parte, ya se va: fuese para el mercado donde lo han de sacar.

que si heredero tuviese que me hubiese de heredar, que a vos y al conde Claros vivos vos haría quemar

bregas

Los enojos y pesares en placer hubieron de tornar.

hubieron

doncella

que quería alborear, salto diera de la cama que parece un gavilán

descabalga

denunciar

que se quiera consejar, que los reyes con furor no deben de sentenciar,

puerros

arremetió

remanso

Siéntati.

tarro

traxe

vellaca

moco.

poco,

Siéntate, siéntate, Bras, come un bocado siquiera

aradas

assomar

He hecho todo esto para enseñarte cómo llevar en adelante tus asuntos, pues alguna de aquellas monturas teníamos que hacer y, habiendo hecho todas, siempre nos han criticado. Por eso debes estar seguro de que nunca harás algo que todos aprueben, pues si haces alguna cosa buena, los malos y quienes no saquen provecho de ella te criticarán; por el contrario, si es mala, los buenos, que aman el bien, no podrán aprobar ni dar por buena esa mala acción. Por eso, si quieres hacer lo mejor y más conveniente, haz lo que creas que más te beneficia y no dejes de hacerlo por temor al qué dirán, a menos que sea algo malo, pues es cierto que la mayoría de las veces la gente habla de las cosas a su antojo, sin pararse a pensar en lo más conveniente.

Por críticas de gentes, mientras que no hagáis mal, buscad vuestro provecho y no os dejéis llevar.

»Al oír esto el ermitaño, quedó muy contento y comprendió que Dios le concedía un gran honor al ponerle como compañero en el Paraíso a un hombre que le había servido de esta manera y que había ensalzado la fe católica.

juicio

el Conde Lucanor con Patronio, su consejero

-Señor,

»Y a vos, Conde Lucanor,

cuando don Juan escuchó esta historia

íbamos los dos a pie

para aconsejar y mostrar a su hijo cómo debía obrar en futuras empresas.

inconvenientes

Cada vez que el padre quería hacer alguna cosa, el hijo le señalaba todos sus

la mandó poner en este libro e hizo estos versos que dicen así y que encierran toda la moraleja:

por la sutileza de entendimiento

asunto

recelosos

asunto

precipitaros

El buen hombre, al oírlo, preguntó a su hijo qué le parecía lo que habían dicho aquellos hombres, contestándole el hijo que era verdad, porque, al ir el animal sin carga, no era muy sensato que ellos dos fueran a pie. Entonces el padre mandó a su hijo que subiese en la cabalgadura.

Si seguís estas recomendaciones en todos vuestros asuntos y después los encontráis útiles y provechosos para vos, os aconsejo que nunca dejéis de hacerlos por miedo a las críticas de la gente.

engaño

meneste

menester

jubón

sarta

copete

medrar,

soberbia

agravio

espantar

lumbres

lumbres

sembrar

galgo

anzuelo

Conquistará poco amor.     Es llave la cortesía para abrir la voluntad; y para la enemistad

Pocos, pero mis criados; que si dellos os servís, 160     pelearán como leones. Ya veis que en Fuente Ovejuna hay gente humilde, y alguna no enseñada en escuadrones,     sino en campos y labranzas.

Transilvania

sobrará por las partes de Alemania;

El ignorante 65 es justo que se vengue del letrado

¡Santo Cielo! 65 ¿No es mi hija?

¡Mueran tiranos traidores! TODOS ¡Traidores tiranos mueran!

¿No veis cómo todos van a matar a Fernán Gómez, 170 y hombres, mozos y muchachos, furiosos, al hecho corren?

¡Vivan Fernando e Isabel, y mueran los traidores!

    A Fuente Ovejuna fui de la suerte que has mandado, y con especial cuidado 710 y diligencia asistí.

responden: «Fuente Ovejuna.»     Trecientos he atormentado 720 con no pequeño rigor,

Qué hay de guerra por allá

jacerina

Morir 440 diciendo Fuente Ovejuna,     y a nadie saquen de aquí

Quién mató, villano, al señor Comendador!

Fuente Ovejuna

el amor y la crianza me daban más confianza

espumosa

No me queréis oír? Yo estoy hablando; yo soy vuestro señor.

Risa vierte el corazón por los ojos de alegría, viéndote, Laurencia mía, en tal dulce posesión.

sinrazón

aconsejaros

contrastar mi pecho.

madrugada

que a tan alto 70 lugar os trajo el valor

Qué cansado es de sufrir

Debéisme honrar